¿Cómo lijar un mueble de Madera? – En las tiendas de carpintería puedes conseguir productos químicos que quitarán la pintura acumulada con mayor facilidad. Solo deberás aplicarlo y esperar. Posterior a esto, se puede lijar el mueble variando el grosor de la lija que se use. Sin embargo, se puede usar papel de lija de granulado grueso para quitar la pintura. Cuando se llegue a la madera después de la pintura, se debe cambiar de lija de granulado grueso a una de granulado medio para ir suavizando la superficie. Finalmente, se usará una lija de granulado suave para darle un acabado más homogéneo a la madera.
¿Qué tipo de lija se usa para quitar pintura en madera?
Usualmente se utiliza un papel de lija de forma manual, con un taco de madera o caucho, para no deformar la superficie y ejercer mayor presión sobre la misma. Para capas más gruesas, esquinas y muebles es más recomendado el uso de una lijadora orbital.
¿Cuál es la mejor lija para quitar pintura?
La lija ideal si solo necesitas quitar pintura – Aunque la lija de grano 150 es una de las favoritas para remover pintura de autos y llegar al metal; también puedes usar lijas de grano un poco más fino para esta tarea. En este caso, las de grano 240 son ideales en el caso de aquellos vehículos que no tienen daños como corrosión, arañazos, etc.
¿Qué se utiliza para quitar la pintura de la madera?
1. Quitar la pintura con un decapador químico – En primer lugar, un decapador químico es un producto normalmente líquido que sirve para eliminar restos de pintura, barniz, esmaltes o colas. Se puede utilizar sobre diferentes materiales como la madera, el cemento, el metal, los azulejos o los vidrios.
Este producto es efectivo para retirar capas de pintura gruesas o finas. Su aplicación sobre la madera es muy sencilla. Sólo necesitarás una brocha y una rasqueta o lana abrasiva para quitar la pintura de la madera. Lo primero que tienes que hacer es colocar la madera o mueble sobre el que vayas a trabajar en un lugar ventilado y utilizar gafas y guantes protectores.
Así evitarás que el olor del decapador se instale en el espacio o pueda dañarte. El siguiente paso es remover el producto (es importante que lo hagas tanto al inicio del trabajo como durante el mismo). Cuando tengas todo dispuesto, aplica el decapador con la brocha sobre la superficie de madera. Intenta aplicar capas gruesas, regulares y en una sola dirección para facilitar su actuación.
Cuando hayas aplicado el decapador en toda la superficie de la madera déjalo actuar entre 5 y 30 minutos, según lo que indique el fabricante. Cuando la pintura empiece a quebrarse retira con una rasqueta, lana abrasiva o viruta de acero. Dependiendo de la cantidad de material o tipo de madera tendrás que aplicar varias veces o dejar actuar durante más tiempo.
¿Cómo se quita la tinta de los muebles?
Vinagre –
Haz una solución de vinagre: Mezcla 1 cucharada de jabón para lavar platos, 2 cucharaditas de vinagre blanco y 1 taza de agua en un tazón pequeño. Aplica la solución en el área manchada con un paño suave: Frotar demasiado fuerte hará que la mancha se extienda, sé cuidadoso. Deja reposar durante unos 10 minutos. Limpia el lugar: Usa un paño suave humedecido con agua fría. Limpia el área afectada a fondo hasta que la solución haya desaparecido por completo.
¿Qué pasa si no sé lija antes de pintar?
Antes de pintar es conveniente lijar las paredes para obtener una buena adherencia de la pintura, barniz o esmalte. Para lo cual es necesario utilizar adecuadamente la espátula y el taco de lija en las superficies antes de pintar.
¿Cuánto tiempo dura la madera pintada?
El tiempo en el que se degrada la madera puede depender de diferentes factores y mantenimientos que se le de. No obstante, en este caso, que es un material completamente natural, puede ser un periodo corto. – La madera es un material poroso, ya que contiene pequeñísimos e innumerables agujeros de varios tamaños, además de defectos inherentes a la naturaleza de la madera, alteraciones que se han producido durante el crecimiento del árbol. Sin embargo, cada material en función de su composición y origen, tiene un tiempo determinado de degradación, por ejemplo, una botella de plástico PET puede tardar hasta 1000 años en descomponerse, mientras que el papel sólo un año. El tiempo de degradación de la madera en comparación a otros materiales, al ser un material natural que proviene directamente los árboles, es relativamente corto.
¿Cuál es la mejor lija para madera?
Ningún proyecto con madera queda listo sin antes recibir una mano de lija. A través de ella, puedes lograr un acabado que marcará la diferencia: el lijado, cuando está bien usado —sin exagerar pero tampoco quedándose cortos—, da forma, suavidad y perfección al producto final.
No falta quien quiera saltarse este paso, por ser muy sucio y agotador, pero es esencial para que el resultado sea óptimo y duradero. Si estás por ejecutar una idea hazlo-tú-mismo de carpintería, aquí van algunos consejos de especialistas y creadores para lijar correctamente. “Lijar una superficie sirve para emparejar y atenuar imperfecciones o para remover productos anteriores y así prepararla para un sellado con algún producto especial”, explica Ricardo Dachelet, creador de Hey Wood, un emprendimiento creado el 2016 con el que confecciona muebles, en su mayoría en madera nativa.
Su consigna es que sean “muebles eternos y heredables”. Según describe Dachelet, existen lijas especiales para cada tipo de superficie y forma de lijado. Hay algunas especiales para madera, metal o cerámica, y cada una también tiene distintas asperezas —o granos— que la hacen más o menos abrasiva frente al material. Hace poco más de 3 años, Juan José Zarzar decidió echar andar Bodo Muebles, proyecto donde producen muebles de líneas simples y tonos claros. Una de sus primeras consideraciones es que solo hay que lijar madera maciza, “ya que al hacerlo en maderas enchapadas, pierden la cobertura y la madera aglomerada del interior queda al descubierto”.
Hay dos grandes tipos de lijas en el mercado: las de madera o de agua. No es que una provenga de un árbol y la otra del líquido, sino que se definen así por los usos que se les dan. Aunque son fáciles de diferenciar, es importante no confundirlas, sino los resultados pueden estar lejos de ser los esperados.
“La lija de madera es la más común, es como de cartón”, detalla Zarzar. Es más suave y blanda, características que, como dice su nombre, están pensadas para trabajar en la madera. Entre más alto sea su número de grano, significa que más separados están ellos entre sí, por lo tanto más preciso y menos agresivo será el lijado. “Es muy importante no saltarse los proceso de lijado”, advierte Alejandro Morales, carpintero y creador de contenido. Es ingeniero civil industrial pero hace algunos años cambió los sistemas por las maderas. A través de su cuenta y canal @carpinterodeldesierto se ha posicionado como un referente en esta materia.
“A veces uno se impacienta un poco, pero hay que entender que el proceso de lijado es fundamental, algo así como el 50% del acabado”, afirma. “Si uno quiere tener una buena terminación, en especial según la pintura, el barniz o el tinte que quiera colocar, lo importante es no dejar marcas ni ralladuras en el material”.
Para que tu proyecto de madera quede suave y parejo, todos los entrevistados coinciden en que se deben pasar distintas lijas con distinto nivel de grano. “Los granos de número más bajo son los más gruesos y los de números más altos son los más finos y precisos”, comenta Sebastián Chacón, creador y fundador de Martillazo Carpintería,
La regla de oro para un buen lijado, según él, es la siguiente: hay que partir con un grano grueso y terminar con uno fino. Para Chacón, la importancia del orden de lijado es vital para que así “no quede rayada la madera”. “Mientras más grueso sea el grano, podemos utilizarlo para comenzar el lijado y eliminar irregularidades”, complementa Dachelet.
“Así hasta llegar a granos más finos que permiten mejores acabados” La idea es empezar con una lija de 80, para alisar y emparejar la superficie, eliminando irregularidades; luego seguir con una de 100 o 120, y así sacar los residuos del cortado y otras imperfecciones, dejándola lisa al tacto; y terminar con una de 180 o más.
- Con respecto al proceso en específico, recomienda “siempre comenzar el lijado con granos, más gruesos para eliminar irregularidades de la superficie”, es decir, grano 60 a 80.
- Luego de eso, utilizamos granos más finos para emparejar la superficie y dejarla lisa al tacto”, por lo que sugiere preferir las de 120 a 180.
El tercer paso contempla una lija ultrafina de entre 220, 240 o superior para “acabados finales o entre capas de protección”. “Las lijas más finas por lo general se usan para pulir pinturas y barnices, y se utilizan con agua”, comenta Chacón. Por ejemplo, para pulir un barniz y que no quede con textura, él utiliza “lijas desde el grano 400 hasta el 800, siempre mojando la superficie para lograr el acabo deseado”.
- Si es una madera natural que solo fue cortada, quizás ahí necesitas comenzar en grano 80″, dice Morales.
- Pero si estás trabajando con una madera que fue cepillada, quizás podrías comenzar en grano 120″, analiza.
- Cuando te das cuenta de que no hay ninguna ralladura, ahí subes de grano”, agrega el “Carpintero del desierto”.
Teniendo esa lógica en la cabeza, es más posible asegurar un resultado exitoso. “Más que los tipos de lijas, lo importante es la forma en que se usan”, comenta Zarzar. Cuando él lija a mano, por ejemplo, suele plegarla en cuatro lados, poniendo su mano sobre uno de ellos hasta que se termine de gastar.
Así le saco más provecho y la uso completa”, dice. El inconveniente con esta técnica es que “los dedos y tu palma, al no ser regulares, pueden ir dejando huellas marcadas y no será un lijado tan parejo”. Para que no suceda esto, Zarzar recomienda “pegar una lija a un trozo de madera plano —idealmente del tamaño de un cepillo de ropa— y lijar con él.
“Como es plano, siempre va a lijar de manera uniforme”. Más conocida como lijadora de banda, esta es una herramienta que toda persona que trabaje con madera debiese tener. No solo porque economiza esfuerzos y lo hace más parejo, sino que además agiliza el proceso.
La fricción que genera la máquina sucede a alta velocidad, de manera que solo hay que maniobrar el aparato —al que debes incorporarle el papel de lija, por supuesto— de manera uniforme por toda la madera que estás trabajando. Para novatos, es necesario que tengas estos dos modelos en tu radar: las lijadoras orbitales y las de banda.
Estas últimas se ocupan para trabajos más grandes y de mayor superficie, como puertas, mesas o paneles de madera, y funciona con un rodillo que va girando la lija a distintas velocidades. La orbital se diferencia justamente por su movimiento, ya que en vez de tener rodillos que hagan girar la lija, esta máquina hace un movimiento elíptico muy rápido, pensado más para los “acabados finos”, como dicen en el sitio especializado en construcción Martínez Escalada, que para las grandes extensiones. Toda madera tiene una veta, que es el dibujo que marca la dirección en la que crecieron las fibras del árbol. Normalmente, las vetas van de un lado al otro, por eso, como explica Zarzar, “el lijado tiene que ir en favor de ellas para que la raya que hace la lija sea en su mismo sentido y no se vea tan marcada”.
Si se hace contra la veta, las rayas provocadas por el lijado se harán más notorias y la fibra de la madera quedará más levantada. Si se respeta su sentido, el lijado debiera ser exitoso. Para que la superficie que estás trabajando no quede rayada, “siempre procura que la superficie a lijar no tenga clavos o irregularidades que puedan dañar la lija o la mano”, advierte Dachelet.
“Si se quiere aplicar barniz, pintura o alguna protección incolora que requiera más de dos manos, debe lijarse con grano fino entre cada una de las capaa”, asegura el creador de Hey Wood. “Cada vez que se aplique la protección, hay que dejar secar y volver a lijar, para así aplicar la última protección”.
De esta forma, el acabado quedará parejo y suave, sin irregularidades provocadas por gotas o exceso de pintura o barniz. Lo más importante para Morales, quien además tiene un curso en Crehana, es que se animen a hacerlo. “Hoy, gracias a las redes sociales, hay harto material con tutoriales e instructivos.
La barrera de entrada para usar estas herramientas ya no es tan grande”, señala. Si te encuentras en una fase inicial en cuanto a la carpintería, el bricolaje o la restauración de muebles, “no necesitas comprarte la madera más cara, sino que comprando una lijadora conveniente, ni siquiera de las más caras, puedes obtener buenos resultados”.
- Hay que trabajar con paciencia y cariño”, puntualiza.
- Según él, lo más “increíble” es que “a veces se puede restaurar un mueble, darle una nueva vida con más carácter o una riqueza más personal”.
- La mayor recompensa de todo esto es que “si uno se hace o arregla su propio mueble, lo cuidaremos más, no pensaremos en cambiarlo y tendrá un valor mucho mayor que si lo compraras en una tienda”.
*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 18 de octubre de 2021. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.
¿Qué grano de lija uso para lijar barniz?
Lijas grano fino o extrafino (150-600) : este tipo se emplea para trabajos delicados de acabados, lijar entre capas de pintura o barniz y para eliminar partículas o brillos.
¿Cómo lijar después de pintar?
Necesitarás lijas de diferente grano – Para un acabado profesional no basta con que se lije una primera vez la pintura previa. Luego de usar una lija gruesa, será necesario usar una de grano medio, 80 quizá, para terminar de preparar la pared para la pintura. En este caso ya será necesario emplear una lija al agua.
¿Qué número de lija se necesita para lijar?
GRANO | TIPO DE LIJA | TRABAJOS |
---|---|---|
de 150 a 180 | media | suavizado, eliminación de marcas del lijado grueso |
de 220 a 240 | fina | acabado, lijado entre capas |
de 280 a 320 | muy fina | acabado muy fino, quitado de manchas superficiales |
de 360 a 600 | súper fina | acabado súper fino, quitado de brillo en superficies |
¿Qué tipo de lija necesito para remover barniz y pintura?
Hoy vengo a contarte cómo retirar barnices y pinturas de un mueble, En el taller me ha tocado hacerlo de forma sistemática durante años y hoy me apetecía mostrarte cómo he cambiado la pareja de sillas Cesca que presiden la mesa del comedor de casa para darles un aire más natural.
Antes de empezar, y como siempre, quisiera recordarte que todo lo que te cuento es mi opinión basada en mi experiencia. Como todo en la vida hay mil caminos para llegar al mismo resultado :). Y si te preguntas qué ventajas tiene esto de quitar pinturas y barnices, te lo cuento más abajo Básicamente, hay tres procedimientos distintos: 1.
De forma mecánica. Es decir, con lija, ya sea a mano o con la bendita lijadora eléctrica (un invento ex.tra.or.di.na.rio) 2. Con productos quimícos. Decapantes para barnices y pinturas. Para la goma laca, alcohol de 96º; para acabados con cera, productos desencerantes específicos o esencia de trementina 3.
- Con calor.
- Pistola de calor.
- Cualquiera de los tres métodos te llevarán al mismo lugar, y en realidad usar uno u otro depende de cómo sea la superficie (grande o pequeña, lisa o llena de recovecos), del tipo de pintura o barniz y la cantidad que lleve y de lo que quieras hacer después con la madera: dejarla al natural (teñida o no) o pintarla.
Al final del post te cuento las ventajas e inconvenientes de cada uno, Yo aquí elegí el número 2. Aquí tienes, de un vistazo, los ingredientes. Yo he usado el 1, 2, 3, 4, 6, 7 y 8, es decir, no usé pistola de calor ni rascador en estas sillas. Aquí debajo te dejo algunos enlaces para comprar estos o artículos similares online: /// 1. Decapante /// 2. Brocha /// 3. Guantes /// 4. Lana de acero 000 ó Lana de acero 0000 /// 5. Pistola de calor /// 6. Lijadora con set de lijas /// 7. Algodón para muñequilla /// 8. Tinte o tinte y cera (yo lo usé de color castaño) /// 8. Cera incolora (si antes elegiste tinte solo) 9. Rascador /// Lo primero, ¿por qué retirar barnices o pinturas? Si eres una fan irredenta de las pinturas a la tiza, habrás oído mil veces aquello de que no hace falta lijar ni retirar nada, y es cierto, se adhieren muy bien, pero a veces nos encontramos con muebles que tienen múltiples capas de pinturas medio desconchadas, barnices horrendos con gotas que chorrean o tantas capas que ya es imposible añadir una más y que los relieves o dibujos queden bonitos o los cajones y puertas cierren como deben.
En este caso, yo te aconsejo que retires barnices y pinturas para poder dar un buen acabado, Es más (mucho más) trabajo, sí, pero el resultado no tiene color. Otro de los motivos por los que quizá quieres retirar esos barnices y pinturas es para dejar el color de la madera natural y darle su aspecto original al mueble.
Ese es el caso de hoy. Yo ya estaba cansada del negro de estas dos sillas (llegaron a mí hace años pintadas de gris y yo les dí varias capas de negro encima) y me apetecía darles un toque más natural, a juego con el resto de sillas del comedor, un set de 4 sillas de los 70 del comedor de casa de mis padres cuando yo era pequeña. Arrancamos con el paso a paso, (una vez desmontadas las partes en las que vamos a trabajar, claro) :
1. Echamos el decapante con una brocha, Importantísimo: guantes resistentes. Te recomiendo que vayas extendiendo el decapante por zonas, es decir, si vas a decapar una mesita de noche, vete haciendo primero el sobre, luego un lateral, luego los cajones No dejes todo el producto por todo el mueble.
- Si hay varias capas de pintura o barniz, no hay problema, pero si ya queda poco que retirar, el decapante puede dejar marcas y arroyones.
- Mejor ir poco a poco.
- En este asiento hice la parte superior y laterales en dos veces y la parte inferior en otra vez.
- Mi consejo: utiliza un tarro de cristal pequeño con tapa por el que entre bien la brocha para no tener que andar con el bote grande.
A medida que vas trabajando dejas la brocha dentro del tarro y así no andará rodando por ahí. Además, al acabar, si te queda algo, tapas el bote y tienes ese sobrante para la próxima vez. Y si lo acabas, puedes usar ese bote para dejar en él la brocha.2.
- Verás que empiezan a salirle burbujas a la pintura o barniz.
- Eso quiere decir que el decapante está haciendo su efecto y ya está listo para empezar a trabajar.
- Ante la duda, mira los tiempos que indica el fabricante.3.
- Rascamos para ir retirando pinturas.
- Este es un proceso muy delicado.
- Te recomiendo que tengas a mano al menos 2 tamaños distintos de espátula (y/o rascador), una más ancha y otra más estrecha para trabajar más a gusto.
Es importantísimo que vayas con cuidado de no rayar la madera con los bordes de la espátula; que no dejes marcas *, Para ello es importante trabajar con firmeza y suavidad y si la superficie es redonda, ir poco a poco con una espátula más estrecha. ( * Vale, has dejado marcas con la espátula.
Tranqui, nos ha pasado a todos. Cuando acabes los 6 primeros pasos, toca disimularlas mediante lijado. Te recomiendo una lija de 120 gr. y poco a poco ir alisando el rayonazo hasta que quede casi invisible.) Mi consejo: Si ves que la capa de barniz es muy fina, puedes sustituir la espátula por lana de acero de 00.
Así evitarás los posibles rayones a la madera. A medida que vayamos retirando la pintura mezclada con el decapante, limpia esos restos de la espátula con papel. Yo uso rollos grandes tipo papel de cocina que sirven para todo!. Así tendrás una superficie de trabajo lo más limpia posible. 4. Seguimos decapando. En algunos muebles, con una pasada es suficiente. Otros, como en el caso de esta silla que tenía por lo menos 3 ó 4 cuatro capas de esmalte, me llevó unas 3 pasadas de decapante para dejar la madera casi limpia.5. En este caso había zonas que resultaba difícil de limpiar sin estropear la madera con la espátula, así que las dejé para el final (sigue leyendo).6.
Retiramos todos los restos de pintura o barniz que no hayamos quitado con la espátula de dos formas: con lana de acero 00 ó 000 si el mueble tiene formas redondeadas (por aquello de actuar de forma homogénea en toda la superficie) o con una lijadora como la de la foto, usando una lija de grano muy fino.
La de la foto es de 180. De esta manera te aseguras de que no dejarás marcas en la madera. ¿Cómo saber, en el caso de barnices transparentes, que los hemos retirado por completo? Si hay zonas que «brillan», frente al mate de la madera, es porque ahí aún hay barnices. 7. Y ahora ¿qué acabado damos? Puedes hacer un acabado «delavado» como el de esta silla, o pintar con un acabado desgastado por los bordes con pinturas acrílicas (justo debajo te he dejado varios ejemplos de muebles hechos en mi taller), pintar con chalk paint, o dejar el color de la madera natural, protegiéndola con goma laca, o quizá con cera transparente (para evitar las posibles manchas futuras, sobre todo en mesas y mesitas, hay productos que actúan como tapaporos).
Yo elegí uno de los múltiples productos que encontrarás en las tiendas: una cera con tinte en color castaño, que tiñe y da acabado (nº8), Es muy importante usar la cantidad justa, no dejar gotear y aplicar el producto con una muñequilla (algodón como el número 7 envuelto en un trapo) trabajando rápido para conseguir un acabado uniforme.
Una vez seco, sacamos brillo ¡y listo!. Si tienes dudas en este paso no dejes de ver este vídeo comercial para ver cómo teñir maderas crudas o libres de barnices, ceras y pinturas. (No, esto no es un post patrocinado, pero me ha parecido muy ilustrativo :)).
¿Cómo saber qué método utilizar? Quizá esta sea la pregunta más complicada y la más importante para hacerlo bien. Ten en cuenta que esto no es una ciencia exacta: cada mueble tiene un pasado, unos barnices o pinturas en más o menos cantidad. Ante la duda, lo mejor siempre es probar en un zona un poco oculta (trasera, interior de una pata), si todo va bien, adelante con el resto.
Aquí va mi opinión sobre los tres métodos: Ventajas e inconvenientes de la lija Ten en cuenta que la lija, sobre todo si usas lijadora eléctrica con lija de grano grueso, retirará los barnices y pinturas con relativa facilidad, pero si actúas sobre la madera dejará surcos que serán muy difíciles de disimular.
Yo lo recomiendo solo si no te apetece trabajar mucho y luego vas a pintar encima. Y aún así, con cuidado. Puede venir bien cuando hay varias capas de pintura y quieres ahorrar algo de trabajo. También uso la lijadora, con lijas muy finas (120, 180 en adelante) para dar un acabado pulido final, retirar restos de pintura o barniz que cueste quitar y siempre en superficies lisas.
Si el mueble tiene formas redondeadas (patas tubulares de una silla, por ejemplo) mejor usar lija manual. Confieso que yo a veces también uso la lijadora, pero ya tengo una cierta práctica y no toco la forma redondeada de la pata. Otra de las desventajas es la gran cantidad de polvo que levantan las lijadoras «amateurs», tengan o no depósito para recoger el polvo.
Ventajas e inconvenientes de la pistola de calor La ventaja es que apenas mancha, no tiene ningún agente químico, por lo que no contamina y además es un proceso relativamente rápido, Mi experiencia es que hay que trabajar con agilidad y precisión, ya que la pintura enseguida se solidifica de nuevo,
Además, hay que tener cuidado de no rayar la madera con la espátula, rayador o boquilla de la pistola a la hora de retirarla. Por último, cuidado con la temperatura a la hora de usarla: no queremos quemar ni oscurecer la madera. La temperatura es realmente alta Lo mejor, si tienes pistola, es probar. Ventajas e inconvenientes del decapante Es mi opción favorita para muebles delicados y con historia, ya que, bien usada, no daña la madera, pero hay que tener mucho cuidado con él por varios motivos: si dejas gotas arroyando más de lo debido, la madera se manchará.
Además es la más latoso para trabajar ya que los restos de barniz/pintura con el gel decapante hacen una masa pringosa que puede costar controlar. Pero si trabajas con cuidado y sigues unas mínimas pautas, me parece la mejor solución. Así es como suelo retirar casi siempre los barnices y pinturas; siempre si después voy a dejar la madera en su color natural. Y déjame que te invite a conocer este álbum de nuestra cuenta de Flickr en la que podrás ver un montón de muebles con más o menos antigüedad: mesitas de noche, cómodas, consolas, sillas, butacas, bancos, vitrinas restauradas por mí en el taller. Hay muchas fotos de detalle y quién sabe, alguna te sirva de inspiración para darle un nuevo aire a ese mueble que tienes por casa Espero que este tutorial te haya gustado.
¿Cuál es la mejor lija para madera?
Ningún proyecto con madera queda listo sin antes recibir una mano de lija. A través de ella, puedes lograr un acabado que marcará la diferencia: el lijado, cuando está bien usado —sin exagerar pero tampoco quedándose cortos—, da forma, suavidad y perfección al producto final.
No falta quien quiera saltarse este paso, por ser muy sucio y agotador, pero es esencial para que el resultado sea óptimo y duradero. Si estás por ejecutar una idea hazlo-tú-mismo de carpintería, aquí van algunos consejos de especialistas y creadores para lijar correctamente. “Lijar una superficie sirve para emparejar y atenuar imperfecciones o para remover productos anteriores y así prepararla para un sellado con algún producto especial”, explica Ricardo Dachelet, creador de Hey Wood, un emprendimiento creado el 2016 con el que confecciona muebles, en su mayoría en madera nativa.
Su consigna es que sean “muebles eternos y heredables”. Según describe Dachelet, existen lijas especiales para cada tipo de superficie y forma de lijado. Hay algunas especiales para madera, metal o cerámica, y cada una también tiene distintas asperezas —o granos— que la hacen más o menos abrasiva frente al material. Hace poco más de 3 años, Juan José Zarzar decidió echar andar Bodo Muebles, proyecto donde producen muebles de líneas simples y tonos claros. Una de sus primeras consideraciones es que solo hay que lijar madera maciza, “ya que al hacerlo en maderas enchapadas, pierden la cobertura y la madera aglomerada del interior queda al descubierto”.
Hay dos grandes tipos de lijas en el mercado: las de madera o de agua. No es que una provenga de un árbol y la otra del líquido, sino que se definen así por los usos que se les dan. Aunque son fáciles de diferenciar, es importante no confundirlas, sino los resultados pueden estar lejos de ser los esperados.
“La lija de madera es la más común, es como de cartón”, detalla Zarzar. Es más suave y blanda, características que, como dice su nombre, están pensadas para trabajar en la madera. Entre más alto sea su número de grano, significa que más separados están ellos entre sí, por lo tanto más preciso y menos agresivo será el lijado. “Es muy importante no saltarse los proceso de lijado”, advierte Alejandro Morales, carpintero y creador de contenido. Es ingeniero civil industrial pero hace algunos años cambió los sistemas por las maderas. A través de su cuenta y canal @carpinterodeldesierto se ha posicionado como un referente en esta materia.
“A veces uno se impacienta un poco, pero hay que entender que el proceso de lijado es fundamental, algo así como el 50% del acabado”, afirma. “Si uno quiere tener una buena terminación, en especial según la pintura, el barniz o el tinte que quiera colocar, lo importante es no dejar marcas ni ralladuras en el material”.
Para que tu proyecto de madera quede suave y parejo, todos los entrevistados coinciden en que se deben pasar distintas lijas con distinto nivel de grano. “Los granos de número más bajo son los más gruesos y los de números más altos son los más finos y precisos”, comenta Sebastián Chacón, creador y fundador de Martillazo Carpintería,
La regla de oro para un buen lijado, según él, es la siguiente: hay que partir con un grano grueso y terminar con uno fino. Para Chacón, la importancia del orden de lijado es vital para que así “no quede rayada la madera”. “Mientras más grueso sea el grano, podemos utilizarlo para comenzar el lijado y eliminar irregularidades”, complementa Dachelet.
“Así hasta llegar a granos más finos que permiten mejores acabados” La idea es empezar con una lija de 80, para alisar y emparejar la superficie, eliminando irregularidades; luego seguir con una de 100 o 120, y así sacar los residuos del cortado y otras imperfecciones, dejándola lisa al tacto; y terminar con una de 180 o más.
- Con respecto al proceso en específico, recomienda “siempre comenzar el lijado con granos, más gruesos para eliminar irregularidades de la superficie”, es decir, grano 60 a 80.
- Luego de eso, utilizamos granos más finos para emparejar la superficie y dejarla lisa al tacto”, por lo que sugiere preferir las de 120 a 180.
El tercer paso contempla una lija ultrafina de entre 220, 240 o superior para “acabados finales o entre capas de protección”. “Las lijas más finas por lo general se usan para pulir pinturas y barnices, y se utilizan con agua”, comenta Chacón. Por ejemplo, para pulir un barniz y que no quede con textura, él utiliza “lijas desde el grano 400 hasta el 800, siempre mojando la superficie para lograr el acabo deseado”.
- Si es una madera natural que solo fue cortada, quizás ahí necesitas comenzar en grano 80″, dice Morales.
- Pero si estás trabajando con una madera que fue cepillada, quizás podrías comenzar en grano 120″, analiza.
- Cuando te das cuenta de que no hay ninguna ralladura, ahí subes de grano”, agrega el “Carpintero del desierto”.
Teniendo esa lógica en la cabeza, es más posible asegurar un resultado exitoso. “Más que los tipos de lijas, lo importante es la forma en que se usan”, comenta Zarzar. Cuando él lija a mano, por ejemplo, suele plegarla en cuatro lados, poniendo su mano sobre uno de ellos hasta que se termine de gastar.
“Así le saco más provecho y la uso completa”, dice. El inconveniente con esta técnica es que “los dedos y tu palma, al no ser regulares, pueden ir dejando huellas marcadas y no será un lijado tan parejo”. Para que no suceda esto, Zarzar recomienda “pegar una lija a un trozo de madera plano —idealmente del tamaño de un cepillo de ropa— y lijar con él.
“Como es plano, siempre va a lijar de manera uniforme”. Más conocida como lijadora de banda, esta es una herramienta que toda persona que trabaje con madera debiese tener. No solo porque economiza esfuerzos y lo hace más parejo, sino que además agiliza el proceso.
La fricción que genera la máquina sucede a alta velocidad, de manera que solo hay que maniobrar el aparato —al que debes incorporarle el papel de lija, por supuesto— de manera uniforme por toda la madera que estás trabajando. Para novatos, es necesario que tengas estos dos modelos en tu radar: las lijadoras orbitales y las de banda.
Estas últimas se ocupan para trabajos más grandes y de mayor superficie, como puertas, mesas o paneles de madera, y funciona con un rodillo que va girando la lija a distintas velocidades. La orbital se diferencia justamente por su movimiento, ya que en vez de tener rodillos que hagan girar la lija, esta máquina hace un movimiento elíptico muy rápido, pensado más para los “acabados finos”, como dicen en el sitio especializado en construcción Martínez Escalada, que para las grandes extensiones. Toda madera tiene una veta, que es el dibujo que marca la dirección en la que crecieron las fibras del árbol. Normalmente, las vetas van de un lado al otro, por eso, como explica Zarzar, “el lijado tiene que ir en favor de ellas para que la raya que hace la lija sea en su mismo sentido y no se vea tan marcada”.
- Si se hace contra la veta, las rayas provocadas por el lijado se harán más notorias y la fibra de la madera quedará más levantada.
- Si se respeta su sentido, el lijado debiera ser exitoso.
- Para que la superficie que estás trabajando no quede rayada, “siempre procura que la superficie a lijar no tenga clavos o irregularidades que puedan dañar la lija o la mano”, advierte Dachelet.
“Si se quiere aplicar barniz, pintura o alguna protección incolora que requiera más de dos manos, debe lijarse con grano fino entre cada una de las capaa”, asegura el creador de Hey Wood. “Cada vez que se aplique la protección, hay que dejar secar y volver a lijar, para así aplicar la última protección”.
De esta forma, el acabado quedará parejo y suave, sin irregularidades provocadas por gotas o exceso de pintura o barniz. Lo más importante para Morales, quien además tiene un curso en Crehana, es que se animen a hacerlo. “Hoy, gracias a las redes sociales, hay harto material con tutoriales e instructivos.
La barrera de entrada para usar estas herramientas ya no es tan grande”, señala. Si te encuentras en una fase inicial en cuanto a la carpintería, el bricolaje o la restauración de muebles, “no necesitas comprarte la madera más cara, sino que comprando una lijadora conveniente, ni siquiera de las más caras, puedes obtener buenos resultados”.
- Hay que trabajar con paciencia y cariño”, puntualiza.
- Según él, lo más “increíble” es que “a veces se puede restaurar un mueble, darle una nueva vida con más carácter o una riqueza más personal”.
- La mayor recompensa de todo esto es que “si uno se hace o arregla su propio mueble, lo cuidaremos más, no pensaremos en cambiarlo y tendrá un valor mucho mayor que si lo compraras en una tienda”.
*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 18 de octubre de 2021. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.